La historia de nuestro municipio es un relato fascinante que se remonta a tiempos ancestrales. Las primeras referencias escritas sobre estas tierras se encuentran en los textos y fuentes clásicas de la época romana, específicamente en las menciones realizadas por Ptolomeo. En ese tiempo, esta zona albergaba uno de los veintidós pueblos asociados al Convento Jurídico Asturicense, con su capital en Astorga. Este lugar estaba habitado por los Németas y se conocía como «Volobriga», situado en lo que hoy conocemos como O Bolo.
Historia de resistencia y legado
Pasado vigente, presente valioso, futuro prometedor
Tras el abandono de la región por parte de los romanos, la llegada de los Suevos y Visigodos, y la unificación política y religiosa en tiempos de Leovigildo y Recadero, se experimentaron períodos de relativa paz.
Durante la época medieval, se erigió el castillo de O Bolo, aunque su origen exacto sigue siendo objeto de debate. Se atribuye su fundación a la reina Dª Urraca, hija de Alfonso VI, y otros lo vinculan a su hija, Sancha Raimundez. El fervor constructivo caracterizó los siglos XII y XIII en Galicia, con el propósito de proteger y controlar los territorios.
O Bolo adquirió el título de condado y formó parte de los Condes de Lemos. La villa recibió privilegios por parte de los monarcas castellano-leoneses, como reconocimiento a los servicios prestados a la Corte. Esto se evidenció durante la guerra entre Pedro I y Enrique II, donde la región obtuvo franquezas y libertades a cambio de su apoyo, lo que generó constantes disputas pero también estableció las bases para liberar la jurisdicción de O Bolo de cualquier señorío.
En el siglo XV, durante las revueltas Irmandiñas, el Castillo de O Bolo fue destruido y posteriormente reconstruido por orden de Juan de Pimentel, Conde de Benavente y dueño de estas tierras.
La transición de O Bolo a ser de realengo no está claramente documentada, pero se sugiere que ocurrió en un acuerdo entre el Concejo, Justicia y Regidores de O Bolo y D. Pedro de Pimentel a fines del siglo XVI. Desde entonces, no se tiene registro de ningún señorío jurisdiccional.
En el siglo XVIII, el castillo experimentó una decadencia progresiva, siendo utilizado como cantera por los habitantes locales y su entorno se vio modificado por la adición de nuevas viviendas.
Durante la Guerra de la Independencia, la comarca de Valdedoras fue escenario de enfrentamientos entre las tropas francesas y los habitantes liderados por el abad Casoio, quienes impidieron el paso del general Soult.
En el Antiguo Régimen, las parroquias que hoy conforman el municipio de O Bolo estaban bajo la jurisdicción de realengo de O Bolo y Viana do Bolo. Con la creación de los primeros ayuntamientos constitucionales en 1812, se estableció el municipio de O Bolo, integrado en el partido judicial de Valedoras y en la provincia de Galicia.
La administración propia del Antiguo Régimen se restauró en 1814, tras la derogación de la constitución por decreto de Fernando VII. Durante el Trienio Liberal, se restauró la constitución y el municipalismo, con cambios en la división territorial de Galicia.
En 1834, se estableció el municipio de O Bolo con sus límites actuales, dependiente del partido judicial de Vilamartín e integrado en la provincia de Ourense. Posteriormente, volvió al partido de Viana y, en 1867, se unió al Barco de Valdeorras.
En la actualidad, forma parte del partido judicial de Puebla de Trives, conservando un legado histórico que habla de resistencia, desarrollo y transformación a lo largo de los siglos.
El municipio de O Bolo, con su rica historia marcada por periodos de cambio y resistencia, se erige en la actualidad como un testimonio viviente de la determinación y la adaptabilidad de sus habitantes a lo largo del tiempo. La preservación de su legado histórico no solo honra su pasado, sino que también sirve de inspiración para las generaciones venideras, impulsándolas a valorar y cuidar el patrimonio que ha forjado la identidad de este lugar a lo largo de los siglos.